Un empujón literario.

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Me jode preocuparme por cosas que no deberían inquietarme. Un ruido en la noche, una resaca a destiempo, a veces ni eso. No nos damos cuenta, la primera yo, que la mayor amenaza se encuentra en esta disposición nuestra para meternos en complicaciones sin reparar que la dirección correcta es casi siempre la dirección equivocada.

Vuelvo la vista atrás y no se me olvida la que sería la última encerrona de mi muy mejor amigo Luis, una cita a ciegas en su casa, a la que acudí empujada casi a rastras, empeñado en que un poco de diversión no le vendría mal a mi incipiente carrera de escritora. Según él, la oportunidad de oro para que con mis mejores galas le echara el guante a un joven editor conocido suyo, y de paso que amparada en el coqueteo de lo incierto, consiguiera airear mis escritos más allá del blog. En el peor de los casos, insistió mi amigo, siempre puede salir de ahí tu mejor historia.

¿Qué había de malo? Llevaba un tiempo sin escribir una página, mucho menos publicar nada más allá de las publicaciones de siempre. Tampoco es que mi vida sentimental fuera gran cosa, más bien al contrario. Estaba claro que necesitaba un empujón literario casi tanto como el desenfreno de una noche loca.

Desde el principio algo me desconcertó en aquella cita, más aún cuando después de la segunda cerveza, noté al editor más interesado en mi amigo que en mí, ni una mirada de refilón a mi escote, ni una palabra sobre mi blog, nada… Aun así, y pese a todo, me dejé engatusar por el ambiente de su acogedora casa, por las luces tenues y por mis ganas de convertir una velada anodina en la más prometedora de las noches.

Sonaba Nina Zilli en un viejo tocadiscos, cuando reparé que la cita no daba más de sí. Me había cansado de fingir complicidad, y la conversación decaía casi tanto como mi estado de ánimo. Tampoco veía que la inspiración para mi historia llegara de la mano del editor de marras. Mi amigo por lo demás divagaba ausente a cuanto acontecía en mi cabeza, su mujer se quejaba de dolor de cabeza y yo necesitaba salir de allí con cualquier excusa. (Leer texto completo en ÇhøpSuëy)

 

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Ilustración: Brät Çäshø



Categorías:Momentos, Uncategorized

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7 respuestas

  1. ho tradotto con Google : da schifo! non ho capito niente. un caro saluto

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