Mucho antes de conocerla, Juan Ramón Jiménez se enamoró de su risa. La de Zenobia era como ella: una risa distinta. La había escuchado a través de la pared que separaba su habitación de la de sus vecinos, un matrimonio… Leer más ›
Libros
El Londres de Virginia Woolf
Decía Virginia Woolf que Londres no es una ciudad de palacios, ni de estatuas de mármol, sino una ciudad de zapatos, pieles, bolsos, estufas, aceites, pudin de arroz y velas. Una ciudad donde las librerías comparten espacio con las sastrerías… Leer más ›
Invierno desde la ventana
Las tardes invernales parecen más proclives a la introspección que otras. Huyo del mal tiempo buscando el cobijo de los libros o de algún amigo que esté dispuesto a escucharme junto a un café bien caliente. Me entra la añoranza… Leer más ›
Final de agosto
Está siendo un verano atípico, todo es atípico este año. Ni siquiera hay siestas, ni gritos en la calle, solo una tranquilidad repleta de aburrimiento que me asusta. Se nota que septiembre acecha a la vuelta de la esquina con… Leer más ›
Una librería d’Oltremare
Después de cinco años viviendo puerta con puerta, descubrí la semana pasada en una conversación de portal, que mi vecino, el del 9º 5, regenta una librería de viejo. Una noticia que no me hubiera afectado como lo hizo,… Leer más ›
Simplemente gracias, Natalia Ginzburg
El 25 de julio de 1963 Oriana Fallaci asistió en el Ninfeo de Villa Giulia a la entrega de los Strega, uno de los más importantes premios literarios en Italia. Entre los asistentes se encontraba Natalia Ginzburg, quien sin convencimiento… Leer más ›
El Turín de Pavese
Estoy en Turín, llevo aquí dos días. Se me hace raro escribir estas notas desde el hotel, acostumbrada a mi desordenada mesa de trabajo. Siento que mi mirada se pierde distraída por la habitación, en el cuadro a carboncillo de… Leer más ›
Un buen cerrojo
Todos tenemos nuestras manías, nadie se salva. Tampoco quien les escribe. Si hasta los perros las tienen, ¿por qué no iba a tenerlas yo? Eso sí, podéis estar tranquilos, entre mis manías no están el morder zapatos, ni calcetines…. Leer más ›
Regalos llovidos del cielo
Leo el relato sobre Foster Wallace que un amigo guionista me envió esta mañana. En él habla de su viejo Chrevrolet, de un viaje por la costa Oeste, y de los pechos pequeños y duros de su mujer. Ni siquiera… Leer más ›
Reinos de papel
Hay algo inevitable que me empuja a entrar en las librerías, en cuanto me tropiezo con una. Podría no considerarse un problema grave, sino fuera porque los libros amenazan con saltar por la ventana de mi habitación en triple salto… Leer más ›