Los que como yo nos movemos en las arenas movedizas de la pasión desmedida, sabemos que basta el ligero vaivén de un abrazo mal dado, apenas un gesto torcido, para que todo, incluido el amor, se desvanezca. Y sin embargo poco importa, defiendes lo que queda del naufragio como una loba. Emociones que de tanto revolcarte en el fango, terminan por tornarse obsesiones, sin que nada puedas hacer que sucumbir bajo las sabanas deshechas del deseo y así una vez y otra, tantas que al final terminas perdiendo la cuenta. Porque una cosa está clara, aunque haya quien asegure que el amor ayuda a vivir, la obsesión mata.
No hay Marlon Brando que resista los envites de una alocada Vivien Leigh dispuesta a la felicidad efímera, eso dicen. Jirones de placer antes de que el último tranvía se escape. Matones de barrio de camisetas sudorosas a los que rendir pleitesía a cambio de tus noches, esas noches en vela en las que te martirizas deseando ser otra, esa otra que fuiste y ya no eres. Y aun así sucumbes, rota, como el que mete su tristeza en el cajón de los calcetines y después pierde la llave con la intención de olvidar, sabiendo que nada hay que olvidar, si acaso una lágrima, si acaso un beso, un montón de noches sin dueño, sin final.
Nada importará si después, en la soledad del que se ha convertido tu refugio, redimes tu culpa escuchando a Gino Paoli o contando los lunares de los lienzos de Yayoi Kusama, aunque ya será demasiado tarde. Muy tarde y lo sabes. La historia volverá a repetirse cuando al bajar las escaleras de tu memoria como una diva, caigas en la cuenta que pretender ser el centro de atención cuando todos se han ido a dormir es una tontería. Explotará el mundo, bailarás otros tangos y todo seguirá igual, incluida tú, porque aunque no lo sepas, vivir la vida a mordiscos es tu sino. (Texto publicado en The Idealist)
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Foto: Un tranvía llamado Deseo.
Categorías:Momentos, Pensamientos
Magnífico texto, como todos los tuyos por otra parte. Leerte siempre es un placer y aquí estoy después de dos operaciones en los ojos dispuesta a seguir disfrutando de lo que dices y de cómo lo dices.
Un fuerte abrazo.
Me encanta tenerte ahí, eres un cielo. Espero que las operaciones de los ojos fueran bien, tienes que seguir haciéndonos pasar tan buenos ratos con tu blog.
Un abrazo.
Me ha encantado leerte, muy bien logrado tu texto desde el incicio hasta
el final, te felicito sinceramente.
besitos dulces
Siby
Sentimientos muy bien descritos.
Una película fantástica con dos actores excepcionales.
Te felicito. Me ha encantado cómo lo expresas.
Un saludo,
Livia
Espléndida descripción de esa hambre que es todas las hambres al mismo tiempo, todos los ardores concentrados en un punto. Me gusta los que dices y, sobre todo, cómo lo dices.
Un abrazo.
Me alegra que te haya gustado, ya sabes donde tienes tu casa. Saludos.
Disfruto mucho tu blog, me encanta cada vez que paso por ahí.
Saludos
Exquisita esta mujer!