Estoy convencida que conocéis a más de uno, no me digáis que no. Están agazapados en cualquier rincón, en cualquier esquina: esperando en la cola del cine, en la oficina del paro, incluso en el zoológico dando de comer a los monos. Si te descuidas los encuentras hasta debajo de la cama. Son una plaga, deambulan sin rumbo por calles y avenidas como replicantes escapados de una película de ciencia ficción en busca de una posible víctima desprevenida, quizás tú…
¿Todavía no sabéis de quienes hablo? Sí, seguro que lo habéis adivinado. Me refiero a esos tipos que de todo saben o fingen saber, ya sea de economía, de cocina, de política y si me apuráis hasta de Literatura rusa. Gente tan pesada que no hay tema de conversación que se les escape, tema del que no sean capaces de soltar cuatro o cinco parrafadas contundentes; a veces hasta brillantes, otras no tanto. Opiniones las suyas polivalentes, lo bastante ambiguas como para que valgan lo mismo para un asunto como para otro y para diversos asuntos a la vez, cuando no para ninguno. (Seguir leyendo en VoZed)
_________________
Foto: La invasión de los ladrones de cuerpos
Categorías:Actualidad, Momentos, Recuerdos
non è un post è un libro 🙂 ma commento il titolo : c’è sempre una via d’uscita. ciao amica mia e prossima insegnante di spagnolo
Stá visto che dobbiamo cominciare le nostre lezione al piú presto… Bacioni.
vieni tu da me o io da te ? 🙂
Gente insufrible!!! Yo tengo un buen listado. Esupendo tu artículo. Un abrazo
Mil gracias.
A veces me veo tan reflejada en tus letras! 🙂
Creo que la fauna de oficina es universal. Un saludo.