Los italianos siempre dicen: “Quando si chiude una porta si apre un portone”…
Se abre una ventana: empezar de nuevo… qué difícil! más aún cuando se entra ya en una edad complicada como la mía. Porque, no nos engañemos, los años no pasan en balde, van dejando su huella, tan difícil de ocultar.
Me había acostumbrado a mi trabajo, a la comodidad de un horario fantástico, a unos compañeros que, con sus más y sus menos, se habían ido convirtiendo en ´mi otra familia`… Y ahora otra vez a empezar. Supongo que habrá gente que asuma la situación con mayor naturalidad…yo no, ¡no puedo!, nadie te enseña a encajar estos golpes bajos.
Sé que no debería, pero siento vergüenza; los primeros días intentaba no cruzarme con los vecinos con tal de evitar así sus preguntas: ¿Ya estás de vacaciones?. No, les decía. Me he quedado sin trabajo. Estoy en paro. Y esa mirada que me devolvían, mitad pena mitad condescendencia me mataba. ¡Malditas miradas!
¿Qué pensará el quiosquero al verme pasar todas las mañanas y el vecino del quinto? ¿y el portero?…. Sé que dirán, ociosos, a mi espalda, que no he sido capaz de aferrarme a mi trabajo, que soy una fracasada que no sabe salir adelante y seguro pensarán que vaya momento para quedarse sin trabajo con la que está cayendo…como si yo, precisamente yo, hubiese elegido el momento para cerrar esa ´porta`…
¿Por qué yo? ¿Qué es lo que he hecho mal? Lo único que sé es que mi autoestima, cogida más que nunca con alfileres, se resquebraja cada día un poco más. Cada día una grieta nueva aparece, una grieta que ayer no estaba ahí,…grietas que, como una telaraña, van arañando la seguridad en mi misma.
Y es que la vida es así de cabrona. Te va pasando lecciones continuamente. Si las aprendes, estupendo, pero si alguna te la saltaste, no te preocupes, ella se encarga de volvértela a pasar, como facturas impagadas… hasta dejarte hecho polvo. Exhausto. Exhausta.
En este tiempo he recibido muchos consejos, es el momento de dar un giro a tu vida, conviértete en tu propia jefa, haz lo que de verdad te gusta. ¿A sí? Pues muy bien, se abre el ´portone` y….
…¡Allá voy!
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Soñando Con Maletas 
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